Ayuntamiento de Villaquejida

Cuatro años más tarde el arcipreste Martín de Santiago dona estas tierras al monasterio de San Pedro de Eslonza a cambio de un aniversario por su alma. De nuevo confirman el diploma algunos vecinos de Villaquejida: Pedro Vanes, el alcaide, García Rodríguez, Pedro Maladín, Miguel Lloréntez, Bartolomé Bonio y Juan García.
Pero, en estas fechas, mediados del siglo XIII, el auténtico señor de Villaquejida es el noble Gonzalo Morán y su esposa Elvira Rodríguez.
Este segundo señor de Villaquejida era hijo del alférez real Morán Pérez y durante los reinados de Fernando III y Alfonso X lo encontramos disfrutando de algunos de los principales cargos palatinos y de la administración del reino como Tenente de León (1254-1258), Tenente de Luna (1258) y Merino Mayor del Reino de León (1252-1258). Este último oficio convertía a Gonzalo Morán en el principal hombre de confianza del monarca en el territorio del reino leonés. Recordemos que, con anterioridad a estas fechas, León y Castilla habían vuelto a unificarse bajo la mano de Fernando III en 1230.
Además de estas actividades administrativas, Gonzalo Morán tomó parte en las principales empresas de la reconquista de mediados del XIII: las campañas del Guadalquivir, como la toma de Sevilla (1248), y otras plazas. Así mismo participó en la represión que Alfonso X llevó a cabo para sofocar las rebeliones musulmanas en Jerez, Arcos, Lebrija y otros lugares.
Pero, aparte de esta cercanía a la corona como vasallo directo del monarca, Gonzalo Morán formaba parte del séquito compuesto por los más íntimos caballeros de Alfonso X el Sabio hasta tal punto que el soberano mantuvo relaciones adúlteras con Elvira Rodríguez, esposa de Gonzalo Morán, fruto de las cuales nació un varón, Alfonso Fernández apodado Niño. Estrecha compenetración con la Casa Real, sin duda, que permite al señor de Villaquexida mantenerse en el status de los primeros nobles del reino.
A finales de la etapa medieval disfrutaban de rentas sobre las tierras de Villaquejida los condes de Benavente de la estirpe Pimentel. Antiquísimos privilegios, dicen los documentos de la edad moderna, que justifican el cobro del diezmo íntegro de grano de cuatro labradores por importe de 32 fanegas de trigo, 46 de cebada, 15 de centeno y 149 reales de menudo.
Durante los años de gobierno de los Austrias y los primeros Borbones, poseían tierras en Villaquejida y cobraban algunos impuestos tanto el conde de Gramedo como el marqués de Cardeñosa.
El primer Conde de Gramedo fue José Briceño Ronquillo, vizconde de Villar de Farfón, oficial de los ejércitos de Extremadura y Cataluña, gentilhómbre del infante Don Juan José de Austria, que recibió tal concesión el 7 de octubre de 1677. Durante la edad contemporánea pasó este título a los Heredia, marqueses de Prado. Actualmente posee esta dignidad, desde 1983, D María de la Sierra de Heredia y Albornoz, casada con D. Pedro Fernández de Santaella y Gozálvez.
En cuanto al marquesado de Cardeñosa fue concedido por Felipe IV a Don Diego de Guzmán y Vivanco, caballero de Santiago, el 24 de agosto de 1634. Hoy en día y desde 1952 es marqués de Cardeñosa D. José María de la Puerta y Salamanca, esposo de Doña Mercedes Cuello Salas.
Por lo que respecta a la descripción de Villaquejida durante la edad moderna y la transición a la etapa contemporánea disponemos de una magnífica fuente de información para recomponer un cuadro socioeconómico de la villa a mediados del s. XVIII: el catastro del marqués de la Ensenada, Gracias a él sabemos que, en 1752, Villaquejida pertenecía a Valladolid, tenía 138 casas de particulares, 102 bodegas —señal inequívoca de su riqueza vitícola-, 3 palomares, 8 cuadras, 3 paneras, 3 corrales, 22 solares de casa, 6 pajares y bastantes colmenas.
Sabemos, también, que disponía de un pastor mayoral que se encargaba de los rebaños y a quien se pagaban 600 reales/año por su actividad.
A mediados del s. XVIII la principal riqueza de la villa se centraba en la viticultura pues todos los vecinos cabeza de casa disponían, al menos, de alguna viña de su propiedad. Estas se localizaban en los pagos llamados el Egido, el Teso de los Borregos, la Ronda, la Fuente de las Vacas, Barredino, los Pedernales, el Camino Blanco, Valdemora, las Guindales, las Gachorras y la--Senda de los Gallegos. En cuanto al pago denominado de las Cuevas, es decir, de las bodegas, se encontraba a un cuarto de legua de distancia de Villaquejida.
La villa, a su vez, contaba con un tejar inmediato al núcleo de población y que producía 80 reales al año, sin contar con las eras comunales, los prados del concejo y el monte común llamado el Carrascal de Villa quejida que limitaba por tres lados con tierras del concejo y por el cuarto con el camino que conducía a La Bañeza. El monte se cortaba de 16 en 16 años y producía 300 carros valorados en la no despreciable suma de 1200 reales.

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